“Siempre me pregunto eso (…) Esto que estoy haciendo: ¿está aportando?”.
– Ron Davis Álvarez
¿Quién es Ron Davis Álvarez?
Ron Davis Álvarez, se tuvo que llevar trabajo a casa de nuevo. No le disgusta, tampoco le impide descansar. Tiene energía como para seguir un par de horas más. El único problema es que el día terminó: ya dejó de tocar su violín, de dirigir a niños emocionados con sus instrumentos, de oír piezas grandiosas y de crear para ayudar a más personas. Él, que cree que “aprende enseñando”, ya dejó de aprender por hoy, y ahora tiene en sus manos las notas del día.
Ve al frente, hacia su ventana, y pierde su mirada unos segundos en la noche. Se relaja con los sonidos de la lluvia. Se descuida y los papeles resbalan de sus manos. Se esparcen por todos lados. Con un chasquido los recoge uno por uno y los coloca en la mesa. Parece hipnotizado al notar un libro encima de ella. Lo agarra, le sonríe y se sienta otra vez.
Su libro favorito. Siempre alega que le cambió la vida. Pasea por sus páginas y es como si se leyera. En sus frases hay irreverencia, reflexión, se habla de la eterna búsqueda del sentido de la vida, de la vocación. Musita: “una obra de arte es buena cuando nace de la necesidad”. Cada palabra resuena en él. Se siente como si viviera dentro de la obra, y a lo largo de su vida se ha sentido en los zapatos de cada uno de sus dos protagonistas.
Recuerda cómo obtuvo el libro: lo recibe del maestro venezolano Víctor Vivas en una audición luego de decirle, desde la desesperación que caracteriza a una persona perdida, “Maestro, yo quisiera saber si soy bueno para esto”. Reconoce que la respuesta (el libro) fue la más oportuna y acertada que cualquiera le pudo haber dado. Ríe por haber sentido miedo e inseguridad en primer lugar: “No depende de alguien decirte si sirves o no sirves. Esa decisión no la tiene otro, la tienes tú”, cree.
Alza la vista, mira su violín sentado y apoyado en una pared. Respira profundo y con satisfacción, piensa que el tiempo le dio la razón. Hace apenas cuatro años formó parte de los mejores 50 maestros del mundo por una importante institución, y hace menos de un año recibe de la Real Academia de Suecia el Premio de Pedagogía. Le sorprende un beso en la frente, ve una taza posándose en la mesa. Su esposa viene a despedirse antes de dormir. Ron vuelve a ojear el libro.
Está narrada en primera persona. El autor, un maestro del verso, acude al llamado de un joven en busca de su esencia. “Nadie puede ayudarlo. Nadie. No hay más que un solo camino: entre usted”. Que simple y sabia respuesta ante tan común desesperanza. Fue oportuno leerlo la primera vez, piensa Ron. No fue tan claro para él desde un principio: sabía que en la música encontraba felicidad, disfrutaba enseñar, y disfrutaba pertenecer a El Sistema. “Yo no creo que tú vayas a tocar en los teatros más importantes”… Aquel tuvo razón, piensa Ron, “Nunca lo he querido (…) Solo quiero llegarle a la gente”.
Cierra el libro “Cartas para un joven poeta”. Su autor, Reiner Maria Rilke, vivió hace más de un siglo en la misma casa en donde Ron Davis vive hoy con su esposa, en Suecia. Vuelve a agarrar sus notas, debe terminarlas pronto. Ya lleva más de 13 horas trabajando, otra vez. Debe descansar, mañana es un nuevo día para crear en El Sistema, para “aprender enseñando” a través de la música: su “guía” y “canal de vida”.
Sobre el invitado
Ron Davis Álvarez al hablar suena muy seguro de sí mismo, seguro de su propósito, que es aportar e impactar positivamente a otros, a la vez que aprende continuamente para poder (cada vez más) entregar mejores soluciones al mundo. Sus logros nos lo han demostrado: Dream Orchestra en Groenlandia y El Sistema en Suecia.
Él siente una gran responsabilidad por el futuro: “Yo creo que todos los maestros construyen, son escultores. Para mí, el maestro es esa persona que tiene al frente un gran recurso, que es un recurso humano, y que con este no solo estás transformando el área musical… Tú tienes justo frente a ti los nuevos científicos, los nuevos maestros, los nuevos manejadores (Dixit) de taxi, los nuevos doctores, las nuevas enfermeras, las nuevas directoras. Tú tienes allí, justo en tu cara, el futuro. Y creo que hay que poner mucho esfuerzo. Y ese para mí es mi propósito de vida”.
Con ese propósito siempre como norte, y con la pasión con la que él persigue sus metas, no es de extrañar que sea premiado por su trabajo en la docencia: recibió el Premio de Pedagogía Göran Lagervalls que otorga la Real Academia Sueca de Música en noviembre de 2020, como también fue seleccionado entre los 50 mejores maestros del mundo en 2017 por la Fundación Varkey, como parte del llamado Nobel de la educación, Global Teacher Prize.
Resulta que muchos años antes, este gran artista estuvo varias veces a punto de renunciar a su propósito. Hay obstáculos muy difíciles de vencer. Pero un maestro, un libro y su madre fueron lo suficientemente fuertes para brindar apoyo. Las dificultades que vivió en su ciudad natal, Caracas, sirven para empatizar con los retos que podrían vivir los refugiados que llegan a sus clases.
Lo que fue un problema y un reto que cualquiera podría asumir como un impedimento, se ha convertido para Ron en un vínculo con sus muchachos y con los que construirá el futuro.
Se nota el amor con que Ron Davis Álvarez vive y experimenta la vida. Él respira su trabajo. Se sumerge en las maravillas que la música permite al conectar no solo a personas de todas partes del mundo, sino también en el encuentro de un mismo sueño: que es transformar vidas a través de la música. Nuestro artista, formado en El Sistema Venezuela, ha aprendido a comunicarse con las notas que genera en su violín desde pequeño, dando clases a los 14 años de edad. Y desde allí ha cultivado su gran sueño.
Nos complace tener a Ron Davis Álvarez como ejemplo de superación. Él es, y será, uno de los ejemplos que TramaUniversity tiene que mostrar a los venezolanos. Demostrando que con valores del trabajo, como la disciplina, la pasión y el amor con que haces las cosas puedes llegar lejos. Nada extravagante, nada de superpoderes, nada del otro mundo. Solo con valores que ya tienes, y que encontrarías si tan solo mirases hacia dentro.
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